En este post vamos a hablar de 2 de las afecciones articulares más comunes en la población general y que a menudo se confunden, la artritis y la artrosis. Todos hemos escuchado estas palabras, pero ¿Qué es lo que padeces? ¿Artritis o Artrosis?
Tanto la artritis como la artrosis son patologías que cursan con dolor articular, pero son problemas diferentes, con un origen o desencadenante distinto y su tratamiento también es diferente.
La artritis es una enfermedad inflamatoria que afecta a la membrana sinovial de las articulaciones. En esta enfermedad, el líquido sinovial, que sirve para lubricar las articulaciones, no se reabsorbe como es debido y se acumula dentro de la articulación ocasionando una inflamación articular, un aumento de presión dentro de la articulación y dolor articular. Este proceso suele venir mediado por una respuesta inmunitaria/ reumatológica a consecuencia de enfermedades reumáticas y presentarse por brotes que se repiten cada cierto tiempo (Artritis Reumatoide, artritis por Lupus, enfermedad de la Gota, síndrome Beçet, A. Psoriásica… ) y también puede producirse de manera mas aislada por un proceso infeccioso o tras un traumatismo en la articulación.
Por otro lado, la artrosis es un proceso degenerativo del cartílago articular, es decir, es una pérdida progresiva por erosión del cartílago que recubre los huesos de la articulación. Este cartílago sirve para que los huesos no se rocen cuando nos movemos y por lo tanto, cuando se erosiona comenzamos a sentir dolor en la articulación afectada.
Como ya hemos dicho las causas son diferentes en ambos procesos.
La artritis puede tener causas muy variadas. Puede deberse a enfermedades autoinmunes, como por ejemplo, la artritis reumatoide, el lupus, la psoriasis ,la Gota, etc. También puede ser por traumatismos directos en la articulación (golpe y una posterior inflamación) o debido a infecciones ocasionadas por gérmenes que llegan a la articulación.
La artrosis suele estar asociada a un desgaste mecánico o por el envejecimiento (suele producirse a partir de los 40 años). Como su origen es por factores mecánicos, las alteraciones en la mecánica articular, sobreesfuerzos constantes, el sobrepeso o actividades con impacto repetitivo tendrán una mayor relación con la aparición de esta enfermedad.
En el caso de la artritis, las articulaciones afectadas suelen ser diferentes en el caso del tipo de artritis que sufrimos y generalmente afecta a más de una articulación. Por ejemplo la artritis reumatoide suele afectar a ambas manos (muñecas y dedos), la gotosa a los dedos de los pies, rodillas o tobillos). El dolor en la artritis es más o menos constante durante los brotes, se acentúa por las noches y no se alivia con el reposo. También suele ocasionar rigidez, sobre todo matutina.
En el caso de la atrosis, el dolor es siempre en la misma articulación (aunque puede darse el caso de presentar artrosis en más de una articulación) y de forma permanente (no va cambiando de una a otra ni tiene episodios de estar mejor / peor), duele al mover la articulación y mejora con el reposo. Las zonas más afectadas suelen ser las rodillas, caderas, la columna y los pulgares.
Otras diferencias entre ellas son que en la artritis suele haber otros síntomas asociados como articulaciones calientes y enrojecidas, malestar general o fiebre e hinchazón articular. Las dos enfermedades pueden acabar deformando la articulación en fases avanzadas.
Para la artritis no hay una prueba diagnóstica específica pero la sintomatología del paciente junto con algunos parametros alterados (dependiendo del tipo de artritis) en analítica de sangre orientarán su diagnóstico. En algunos casos pueden hacer falta diversas pruebas para su confirmación.
La artrosis puede diagnosticarse por radiografía de la articulación afectada, pero el cuadro sintomatológico del paciente puede orientar su diagnóstico previamente.
No hay tratamiento curativo para estas entidades. El tratamiento es paliativo para el dolor y va encarado a mantener la articulación en las mejores condiciones posibles.
El tratamiento principal para la artritis es en forma de fármacos antiinflamatorios y otros fármacos específicos dependiendo el tipo de artritis. Se puede acompañar el tratamiento con fisioterapia a modo de técnicas que favorezcan el drenaje articular y el mantenimiento de la movilidad articular para reducir la rigidez y el dolor.
En cuanto a la artrosis, el tratamiento está encaminado a frenar o relentecer el desgaste producido en la articulación. Lo ideal es realizar una pauta de ejercicio físico específico y de bajo impacto para fortalecer la articulación sin producir dolor, intentar bajar de peso (si existe sobrepeso) y trabajar la movilidad articular para mantenerla en las mejores condiciones posibles. En casos muy severos puede ser conveniente realizar una intervención quirúrgica y sustituir la articulación afectada por una prótesis.
Si crees que estas padeciendo alguna de éstas patologías acude a tu médico para realizar las pruebas diagnósticas necesarias o visita a tu fisioterapeuta de confianza para valorar tu caso y realizar un tratamiento adecuado. Si deseas concertar una visita conmigo, puedes contactarme en este link o si lo prefieres puedes reservar tu cita aquí.