Puede que tu fisioterapeuta te haya comentado alguna vez tras una operación, que debes tratar la cicatriz realizando un masaje sobre ella, a esta técnica se la denomina masaje cicatricial. Muchos pacientes se estrañan al oir esto ya que no es algo de lo que suelan avisar los servicios médicos cuando se realiza una intervención, pero es muy importante hacerlo. Sigue leyendo para saber más cositas sobre el tema.
Después de una intervención quirúrgica, nos quedará una cicatriz en la piel. Esta cicatriz es una marca formada por el nuevo tejido que aparece para remodelar la piel que se ha visto afectada por la herida / corte realizado en la intervención. El tejido cicatricial tiene unas características diferentes a la piel, como por ejemplo menor flexibilidad y además la formación de este tejido puede comportar la creación de adherencias en los planos profundos de la cicatriz.
Las adherencias son un efecto secundario poco deseable de la formación de cicatrices, en las que la piel y los tejidos subcutaneos se quedan enganchados entre sí y esto genera dolores al mover, un aumento en las tensiones fasciales de la zona, problemas en la movilidad articular próxima a la cicatriz y en definitiva, efectos secundarios tras la operación (algunos de los cuales pueden aparecer tiempo después).
El masaje cicatricial es el proceso mediante el cuál se trabaja la cicatriz para prevenir la aparición de adherencias y evitar así las consecuencias indeseables de estas. Es recomendable realizarlo en cualquier cicatriz derivada de una intervención quirúrgica pero sobre todo será imprescindible en cicatrices situadas sobre articulaciones (como por ejemplo el codo o la rodilla), ya que en esa zona se produce mayor movimiento, la piel requiere poder estirarse adecuadamente para no generar problemas y es en esos casos cuando más comúnmente se producen los problemas derivados por las adherencias.
Debe realizarse cuanto antes para evitar la aparición de adherencias, pero respetando el cierre de la herida y la correcta cicatrización de la piel. Una vez se vaya cayendo la costra de la herida podremos realizar el trabajo por encima de la cicatriz sin miedo a que la herida se abra. Suele ser molesto o incluso resultar algo doloroso en algunos puntos de la cicatriz pero debe ser un dolor soportable.
Se realizan pequeños movimientos con la intención de estirar la piel en las zonas anexas a la cicatriz. También debe realizarse sobre la cicatriz en diferentes direcciones (tanto en paralelo a la dirección de la cicatriz como transversalmente o en zigzag) y pellizcando la piel sobre la cicatriz para despegarla.
El masaje se realiza durante unos 5 minutos y a ser posible 2 o 3 veces al día. Se recomienda realizar en seco y aplicar aceite de rosa mosqueta a posteriori para hidratar la piel.
Os muestro un ejemplo con diferentes pasos del masaje cicatricial. Realizamos las maniobras en seco sin aceite o cremas en la zona durante unos 5-10 minutos aproximadamente en total. Realizar únicamente una vez que se haya caído la costra de la cicatriz.
Al finalizar el masaje, aplicar aceite de rosa mosqueta en la cicatriz con la finalidad de hidratar la piel.
Siempre se recomienda acudir primeramente a un fisioterapeuta para que evalúe el estado de la herida y aconseje en cada caso en que zonas realizar más trabajo. Además, te podrá dar información personalizada para el manejo de tu cicatriz.
Si te has sometido a una intervención quirúrgica y quieres que un profesional te realice el masaje cicatricial de la forma más adecuada o una rehabilitación completa de tu intervención quirúrgica, puedes contactar con Sergio Poza Fisioterapia y Osteopatía o pedir tu cita a través de internet.