Los Puntos Gatillo Miofasciales, también denominados “trigger points” o simplemente “puntos gatillo” son nódulos irritables e hipersensibles que se forman en las fibras musculoesqueléticas. Se sitúan dentro de bandas tensas en las fibras musculares. Estos puntos son muy sensibles a estimulaciones mecánicas tales como deformaciones por estiramiento, compresión o la propia contracción muscular de la zona donde se sitúan.
Los Puntos Gatillo conforman una entidad patológica llamada Síndrome del Dolor Miofascial, que se caracteriza por presentar un cuadro sintomatológico que cursa con varios de los siguientes puntos derivados de la presencia de Puntos Gatillo Miofasciales:
Se clasifican en puntos gatillo activos (son los que generan mayor sintomatología, por ejemplo el dolor referido espontáneo) o puntos gatillo latentes ( pueden generar disfunciones miofasciales pero no ocasionan un patrón de dolor referido de forma espontánea). Los puntos gatillo latentes pueden contribuir al problema y con el paso del tiempo pueden llegar a activarse y convertirse en puntos gatillo activos.
Existe otra clasificación en función del papel que tienen los PGM en el cuadro sintomático del paciente. Según esta clasificación distinguimos entre puntos clave o primarios (los responsables de la sintomatólogia del paciente) y puntos satélite o secundarios ( están relacionados con los puntos clave pero tienen un papel menos relevante en el cuadro sintomático del paciente). Para sintetizar, los puntos clave serian los “protagonistas” en el problema y los satélite serian “sus ayudantes”.
Se cree que diversos factores se relacionan con la aparición de los PGM. Estos factores pueden ser
– Metabólicos/ hormonales: como pueden ser alteraciones en la función tiroidea, niveles alterados de vitamina D o de vitamina B12, insuficiencia de hierro, etc).
– Mecánicos como por ejemplo movimientos repetitivos, posturas estáticas prolongadas, alteraciones biomecánicas, patrones posturales que ocasionan estrés o fatiga muscular, inestabilidades articulares, etc.
– Estructurales: dismetrías en extremidades inferiores, escoliosis, alteraciones anatómicas,
– Secundarios a otros procesos (enfermedades, traumatismos, disfunciones somáticas o viscerales, activación secundaria por otros PGM…).
Existen diversas técnicas de terapia manual en el ámbito de la fisioterapia para el manejo y tratamiento de los Puntos Gatillo Miofasciales. Las presiones isquémicas, técnicas de estiramiento activo, masoterapia, técnicas miotensivas, etc.
Una de las técnicas mas utilizadas en el tratamiento de los PGM, es la punción seca. En esta técnica se emplean unas agujas para el tratamiento del PGM y su uso está cada vez mas popularizado entre fisioterapeutas por su buen resultado y la capacidad de abordar puntos de difícil acceso mediante la palpación o presión.
Si todo esto te resulta familiar y crees que puedes padecer este problema, acude a tu fisioterapeuta de confianza para poder aliviar los síntomas. Si deseas ponerte en mis manos para valorar tu caso, puedes contactar conmigo o reservar una cita para ver cómo solucionar tus dolores.